En cursiva, palabras estipuladas.
* Para salir del laberinto en que se había convertido su existencia prácticamente necesitaba un milagro. Ocurrió una noche mientras deambulaba por aquella rambla conocida y solitaria. Bajo la mortecina luz de un farol descubrió una mariposa nocturna que cayera a sus pies, exhausta de mar.
—Pobrecita—. Se compadeció una voz de mujer a su espalda.
Giró y le vio, se miraron. Sonrisa y milagro.
* Sentada sobre una roca la niña observa el horizonte de mar; espera el retorno de la barca. Mientras sus manos convertidas en pájaros vuelan a su encuentro.
* Aquel agobiante amanecer de enero, mientras el pueblo se despereza, la joya tornasolada del rutilante escarabajo enfila el gancho de su estrafalaria nariz rumbo al este, y a trompicones, emprende la marcha. Intenta ser el primero en saludar al sol.
* Esa noche, mientras la luna se incrustaba en las oscuras agujas de los cipreses, los mármoles dormían sueños truncos, y las hojas caídas susurraban sus torpezas de almanaque, al otro lado de la tapia del cementerio se escucharon risas adolescentes. Desde adentro… una escalofriante carcajada enmudeció a la pandilla.
* El tipo se lamentaba de la cantidad de dinero invertido en las clases de conducción para que su esposa dejara el automóvil hecho un bollo de papel arrugado; y no le faltaban ganas ni razones para empuñar el cortapapeles y apuñalar a esa maldita -y mal habida-, libreta de conducir.
Julio Fuentes Barreto